Hay 1.000 millones de personas en el mundo que sobreviven con menos de $ 2000 pesos por día.
Y tú, ¿serías capaz?
Probablemente no. Entonces, ¿por qué esperar que los demás sí lo sean? ¿Se está haciendo algo por erradicar la pobreza y hacer del mundo un lugar mejor?
La respuesta es: ¡sí! En la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, celebrada en el año 2000, se reunieron 189 Jefes de Estado y de Gobierno que se comprometieron a trabajar conjuntamente para conseguir un mundo mejor para todos antes del año 2015. En nombre de los ciudadanos a los que representan, firmaron la Declaración del Milenio, que promete liberar a los hombres, mujeres y niños, de las condiciones abyectas y deshumanizadoras de la pobreza extrema, a la que en la actualidad están sometidos más de 1.000 millones de seres humanos y ¡hacer realidad para todos el derecho al desarrollo! Se aprobaron ocho objetivos de desarrollo del Milenio, comprometiendo tanto los países pobres como los ricos a aunar sus esfuerzos para erradicar la pobreza extrema y el hambre, velar por que todos los niños y niñas pudieran acabar la enseñanza primaria, promover la igualdad entre los sexos, mejorar la salud de madres e hijos, frenar la expansión del VIH/SIDA y proteger el medio ambiente, todo ello para el año 2015.
El desarrollo consiste en liberar a las personas de la miseria y el sufrimiento, del hambre, el analfabetismo, las enfermedades, las condiciones de vivienda deficientes y la inseguridad. La pobreza se caracteriza por la falta de respeto, dignidad y elección. Cada uno de los objetivos se ha diseñado de manera que resulte fácil de entender, fácil de aplicar y fácil de medir. Dada la gran cantidad de recursos, tecnología y conocimientos de la que disponen nuestros gobiernos, la consecución de estos objetivos para el año 2015 no debería constituir un problema, ¿verdad?
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